"Cuando la mente quiera quejarse, haga lo contrario: Dé gracias"
Qué fácil es decirlo, me diréis, a mí que me gustan las frases con buenos consejos y soy la primera que no me las aplico. Aunque es cierto que lo intento y a veces lo consigo. En días como hoy en fines de semana como estos, dar gracias es lo menos que puedo hacer.
Es bien sabido por todos los que me conocéis, que me apasionan los viernes. Desde aquellos años de mi infancia en los que ponían en tv el 1, 2, 3. Pero, claro para quienes nos apasionan lo viernes, los domingos por la tarde son aborrecibles. Pero yo hoy, voy a aplicarme la frase del título de la entrada y voy a dar gracias.
Mi madre nos decía a menudo que disfrutemos mucho los momentos felices, porque los malos vienen solos. Y es absolutamente cierto que es así. Esa frase no acababa de gustarme mucho porque te recordaba que lo bueno no dura siempre. Y soy de las personas que piensan que los buenos hay que crearlos. Es posible hacerlo, además sin demasiado esfuerzo.
Después de un maravillosos fin de semana como este, llega el domingo por la noche y yo solo puedo dar gracias.
Gracias, porque aunque no haya sido como siempre, al lado de nuestro maravilloso Duero sino en una silla dura de madera en un patio de instituto y con mascarilla, se celebre EL ENCLAVE DEL AGUA . Y haber podido escuchar en directo a Gisele Jackson quien consiguió erizarme la piel durante más de hora y media con una voz increíble y el sonido magistral de sus músicos. Desde luego fue todo un privilegio comenzar el finde así.
Gracias, por hacerme del sábado un día magnífico. Incluso con la compra semanal que es tan pesada y que fue hasta divertida porque me acompañaste tú mi niña y lo pasamos genial comprando. Cómo puede hacerse divertida una tarea, fue ejemplo el sábado por la mañana.
Gracias por seguir queriendo venir conmigo a leer al pantano, dónde se ven unos cielos increíbles y hago de todo menos leer.
Gracias, por insistir en que vaya a verte y nos des un rato buenísimo en Abejar recordando anécdotas de hace 25 años cuando vivíamos juntas. Tú me llevaste a conocer nuestra preciosa Laguna Negra hace 27 años, todo un paraíso soriano que me enamoró para siempre. Gracias de corazón, por llevarnos a comer a una terraza chula y pedir que volvamos. Te aseguro que lo haremos.
Gracias, a ti por esa tortilla tan rica. Por poner el canal de tv que no gusta a nadie pero que tiene mayor audiencia, por mí. Por llevarme hoy, domingo por la tarde, horrible domingo por la tarde ,a pueblos cuyo cartel he visto más de 3.000 veces y en los que nunca había deparado (ya me vale) y convertirme el terrorífico y horrible domingo por la tarde en un momento infinito. Mira que lo tenías difícil, pero que lo hayas conseguido es una prueba más de que los instantes geniales a veces hay que crearlos.
Hacedme caso. Dad gracias. Todos tenemos motivos para ello. Mil gracias a todos por leerme y que tengáis una bonita semana.