domingo, 6 de noviembre de 2022

VÉRTIGO

 "Cada quien sube hasta dónde le da vértigo"  A veces la vida te empuja a un precipicio y tienes que aprender a planear en la caída. Ese frío vértigo te ayuda a descubrir que puedes planear.

Quienes bien me conocéis, sabéis que soy tímida y muy miedosa. Me da miedo casi todo. Pero a su vez me gusta soñar demasiado, y encima soy de las que quieren cumplir sueños. O al menos intentarlos, sudarlos, lucharlos y perseverar para conseguirlos. Es evidente que no todos se alcanzan, pero también es obvio que si no te los propones, a casa no te los traen.

Escuché a un periodista por la radio, ( en uno de esos viajes a Ólvega que tuve a diario durante más de 12 años) decir que una de las experiencias que más le había gustado, había sido sobrevolar La Rioja en otoño con ese color ocre de las viñas tan peculiar. 


El periodista que había sido corresponsal incluso en algún que otro  exótico país , resaltaba lo espectacular de la experiencia. Y a mí me llegó al alma su descripción y me lo marqué como objetivo. Llevo varios años intentando conseguir que alguien me acompañe (mi timidez me impedía hacerlo sola). Mi niño, un poco por complacerme y otro poco porque se me parece mucho y le atrajo la idea fue el primero que se apuntaba, pero eso suponía el doble del desembolso y una no está para muchas florituras. Todo el mundo me pronunciaba la palabra vértigo asi que no encontraba a nadie que quisiera acompañarme. Después una maravillosa compañera me dijo que ella quería hacerlo también desde hace tiempo. Así que nos apuntamos en una pequeña prueba que hicieron en un pueblito cercano. Nos entraron más ganas. Nos ilusionamos y llegó la pandemia. En alguna que otra ocasión me apunté y el día anterior me llamaron para decirme que se suspendía por mal tiempo.

Pero yo quería en otoño con las viñas rojas, y no quería ir sola. Mi compañera no podía acompañarme, pasaban más otoños... hasta que hoy, todo ha coincidido para hacerlo posible. Y no solo posible, ha sido perfecto. Día soleado, nada de viento. Una luz espectacular. Y no pudiendo ser mi Patri, una compañía inmejorable. 




Dispuesto a cumplir sueños aunque tenga que hacer cosas que jamás se le pasaron por la cabeza.

Gracias infinitas por darme la mano, ayudarme a subir la dichosa cestita (que digo yo que más vale que abrieran una puerta) y encima calmar mis miedos. (como diría aquel "manda cojones " que sea yo quien te meta en todos estos follones y seas tú quien tenga que calmarme, jajaja)

Al saltar para entrar en la cesta del globo, mi cara debía de ser un poema entre la ilusión enorme y el pánico que comenzaba a darme la realidad inminente de la subida. Y me pregunta alguien :¿ Estás bien? a lo que respondo, sí, sí, es sólo que soy miedosa. Y me responde  ávidamente: ¡¡¡pues a buen sitio vienes!!!!

Pues es verdad que ha sido a un sitio increíble. El rato de la subida el corazón me iba a mil, cuando comencé a ver cómo se elevaban los otros globos que nos acompañaban, más  fuerte latía. Pero pronto alcanzamos más de 700 mts de altura, y el espectáculo comenzó a distraer mis miedos. El rojo de las viñas, los tonos amarillos de los álamos, los ríos que sobrevolamos, el paisaje otoñal tan impresionante, junto con la mano que no me soltaba, han hecho de este viaje uno de los más apasionantes de mi vida.






Estos días he cumplido más de un deseo que llevaba tiempo soñando y con los que aburría a todas las personas cercanas. Es cierto aquello de que las cosas buenas llegan cuando tienen que llegar y que las personas impacientes como yo, debemos aprender ese arte tan difícil de esperar con calma a que llegue el momento oportuno en el que se alineen todos los astros para que el momento que buscas, sea por completo infinito. Como leí hace poco de alguien a quien le gusta compartir  buenas frases, "la gente cree que la paciencia es pasiva y no es así. La paciencia es activa, es fuerza concentrada"

A veces las ganas te pueden, pero es bueno saber esperar. Vivir y saborear cada sensación como se merece.

Como hice el otro día en el Caminito del Rey cuando se me hizo lo que he llamado la foto de mi vida




Yo llevo hoy todo el día en las nubes. Porque las emociones han sido hermosas. Como siempre os digo, atesorad momentos. Tampoco hace falta desplazarse mucho, a veces esos momentos se consiguen viendo por enésima vez  "El diario de Noa" sin moverse del sofá.

Lo importante es que tu vértigo no te impida volar. Que tus miedos no te congelen. Que sepas vibrar con una mirada. Que saborees las cosas bonitas, porque las que no lo son tanto siempre andan por ahí merodeando.

Hoy ha sido un día genial, y me gusta compartirlo con quienes quiero. Gracias por hacer de hoy otro sueño cumplido.

Esta entrada va por ti Patri, que sigas volando como tú bien sabes hacer.

Gracias a todos los que me leéis. Me ayudáis a sonreír.