"Recuerda que eres tan bueno como lo mejor que hayas hecho en tu vida" Billy Wilder
Pues no sé, ¿Qué he hecho yo bueno en mi vida?
El otro día pensé en mis últimos 10 años, después de aquel tsunami que arrasó con mi estabilidad tanto económica como emocional de aquel momento y está clarísimo que mi gran logro, a parte de conseguir subsistir siendo lo más feliz posible (lo cual a veces resultó realmente difícil incluso en más de una ocasión absolutamente imposible) han sido mis hijos.
Imagino que la gran mayoría de los padres opinan que sus hijos son lo mejor. Pero es que en mi caso no sólo son lo mejor de mi vida, son mi gran logro.
Que tu hija de 20 años elija pasar la Nochevieja contigo con lo gran fiestera que es, a parte de porque le pagara un precioso viaje, y no solo por eso, yo lo considero un gran logro en mi vida.
Que tus hijos adolescentes te elijan para pasar tus vacaciones haciendo El Camino, para mí es un gran logro.
No pretendo parecer pretenciosa, Nada más lejos de mi intención. Es solo que cuando leí la frase de cabecera el otro día y me hice la pregunta, yo que soy de autoestima más bien bajita, me alcé orgullosa y me dije después de no encontrar nada especialmente bueno "joer , mis hijos". Debo de ser grande , porque ellos lo son.
Cómo todos los que me conocéis sabéis, pasé una semana increíble con ellos haciendo ese Camino (de las más increíbles de mi vida). Pero lo mejor de todo, es que ellos también.
Y he pasado cuatro días absolutamente fantásticos con mi hija en fin de año. Risas, carcajadas de casi ahogarnos y disfrutar al máximo de una ciudad tan preciosa como Venecia.
Y es cierto que este tránsito ha sido duro, terrible a veces en momentos de gran incertidumbre tomar decisiones que les afectaba directamente viendome absolutamente sola para hacerlo. Pero los miro y me digo "joer lo debí de hacer bien o al menos no tan mal", a juzgar por las personas tan magníficas en que se están convirtiendo.
Es mágico observar cómo van creciendo. Como vas creciendo con ellos. Como te enseñan ellos a ti también grandes lecciones cada día.
Ahora que a veces parecen cambiar los papeles en muchas circunstancias y ellos son los expertos guías del grupo dada mi torpeza con el google maps entre otras aplicaciones te das cuenta de lo bien que lo has hecho dándoles libertad independencia y sobre todo confianza. (a parte de que les tocó espabilar por mi mala orientaciòn y sus circunstancias particulares) O cuando son ellos los que te regañan a ti por hacer mal las cosas.
El dialogo con mis hijos es de un nivel extraordinario. Hablamos de "casi" todo, con una naturalidad increíble. La confianza en ambos sentidos es bestial. Mi hija no es mi amiga, porque a veces soy yo quien obviamente tiene que guiarla. Aunque os prometo que en más de una ocasión ha sido todo lo contrario.
Es cierto que el diálogo ha sido fundamental desde que aprendieron a escuchar y a hablar.
Siendo terriblemente miedosa, he procurado no transmitirles mis miedos, aunque a veces lo haga inconscientemente.
Sí, mi mayor logro han sido mis hijos. O mejor dicho, ha sido ser su madre. Quizás solo fue cuestión de suerte, como lo fue ser hija de quien fui. Mi gran suerte.
No. Creo que esta vez, sí he tenido algo que ver. Cuando en un momento tan durísimo de mi vida, supe priorizarlos, valorarlos, educarlos y adorarlos por encima de mi misma. Dicen que eso no se debe hacer nunca y quizás no fuera del todo correcto, pero cuando los miro, cuando veo lo extremadamente bien que lo pasamos los tres juntos, la complicidad entre ellos para reírse de mí y conmigo, me digo, que sí, que yo debo de ser muy grande ¡ Sí Señor!!
Gracias hijos por darme tanto, por hacerme sentir que mi vida mereció la pena aunque solo haya sido por participar un poco en quienes y como sois y que os haya enseñado a disfrutar la vuestra.
Yo que en esto sí coincido con todo los padres del mundo, solo quiero que sean felices. Y procuraré contribuir a ello en la medida que de mí dependa.
Cuando alguien me pregunta que cómo lo he hecho, siempre doy mi receta. He sido cariñosa y estricta (y lo sigo siendo) a dosis iguales. Enormes dosis de ambos ingredientes. He disfrutado con ellos en cada etapa de sus vidas. Y por supuesto la suerte que me ha acompañado y espero siga haciéndolo.
Este finde alguien me dijo que echaba de menos mi blog. Pues aquí lo tenéis. Mil gracias por leerme. Por ayudarme a que estas borracheras emocionales apacigüen un poco mi inquieto espíritu.
Mientras me leais, seguiré compartiendo con vosotros mi pequeño mundo. Mis miedos, mis alegrías, mis sueños.
La vida no para. Vivirla con ganas es lo que importa y sin hacer daño a nadie y procurando que tampoco te lo hagan, como les digo siempre a ellos, mi gran logro.