“Tengo gente que me guarda rencor por lo que ellos me
hicieron a mi”.
Os lo juro, no voy a dar nombres
ni nada, voy a hablar en “hipotético”. Pero es que este es un blog de emociones,
¿no? Y además es mío, por lo que en él derramo las emociones que yo quiero.
Y desearía que nadie se dé por
aludido, por favor. Ya sabéis que cualquier parecido con la realidad de todo lo
aquí escrito es mera coincidencia.
Por ejemplo, ¿veis normal que tu
marido durante 15 años, 20 de convivencia sea el que se larga con otra, dejándote
repentinamente tirada con 2 niños pequeños, un millón de denuncias y mentiras
por medio y sea él quien te retire el saludo? ¿Que deje de hablarte cuando es
necesario absolutamente hacerlo? Yo la verdad no lo veo, creo que en todo caso,
debería ser al revés.
Pues os juro que conozco un caso,
ella R que R por hacer las cosas lo mejor posible, por cordializar la comunicación
por el bien de sus hijos, y él todo DIGNO, sin hablarle a la pobre chica que es
majísima (aunque claro dejarse pisar… pues no, pero maja sí). Pues pasa eh, os
juro que pasa.
Otro caso sin ir mucho más lejos
es el de un amigo muy amigo. Aunque de esos amigos varones con los que se
supone que se puede tener una plena amistad porque, aunque sea del género
contrario, siendo tu heterosexual como diría mi querido Ibi, no te provoca ni
un solo mal pensamiento.
¿Sabéis no? De esos con lo que no
te acostarías ni aún siendo el único hombre sobre la faz de la Tierra. Pues
resulta que el chaval después de un montón de años en contacto, con momentos de
amistad compartida, se enamora perdidamente de una chica proveniente del otro
lado del charco y … claro, esa pasión en forma de mujer tan caliente le obliga
a que me bloquee en todas las redes del mundo, no sólo a mí, a todos los míos.
Sin ton ni son.
Sin haber creado nunca ningún
atisbo de riesgo (¡Dios me libre!), si ya os digo que me ponía menos que una
ameba…
Y no sé por qué destaco la latitud
de la chica, cuando por estos lares, hay personas con el mismo problema de inseguridad
y de celos (que quieren confundir con amor) y hacen que les resulte imposible a
sus parejas normalizar cualquier tipo de amistad. Parejas calzonazos por otro lado,
ya que querer querer, a sus amigas en concreto, poco las querían, cuando las
bloquean sin contemplación alguna para evitar mal mayor, referente a su acalorada
pareja. Bien, pues os juro que esto último me ha pasado a mi personalmente. Con
dos amigos a los que al parecer, solo yo quería. Y no era recíproco. Aunque pienso
que tampoco se deben de querer mucho a sí mismos, porque si toleran eso de sus
parejas, y les tienen miedo, os aseguro que dan más pena ellos que sus bloqueos
injustos.
El primero, fue una persona muy buena
conmigo, me ayudó en momentos muy difíciles, me escuchó, me acompañó, me dio buenos
consejos, hasta que la chiquita esta le enamoró prohibiéndole cualquier contacto
conmigo.
El segundo, mi sevillano
maravilloso, me enseñó Sevilla, me llevó a ver el Cachorro y la Macarena, me regaló
fotografías absolutamente alucinantes. Le traje a Soria, le enseñé mi ciudad y
parte de mi preciosa provincia. Clara fui cuando le hice dormir en la
buhardilla, estando solos en casa. Lo digo para matizar que esperanza conmigo
de otro tipo de amistad… no había ninguna.
Pero este chico que era encantador,
inteligente e incluso atractivo a mi gusto, tampoco me generó ningún mal
pensamiento. Aunque está claro que el sí debió sembrar la semilla del deseo y
de la posesión a una Suprema de Móstoles. Bueno, parecerse a ellas se parecía,
aunque era de un pueblo de por allí abajo.
Bien, un día esa “hermosa” rubia
mujer, le interceptó el móvil, y claro viéndome a mi tan estilizada y atractiva
(cual Ava Gardner,… vamos yo una quitahombres en toda regla… ), le obligó a bloquearme y
perder todo tipo de comunicación conmigo. A favor del sevillano diré, que este
me llamó para pedirme disculpas e incluso alguna que otra vez a escondidas me
ha desbloqueado (jugándose su cuello) para osar preguntarme qué tal me iba.
Aunque hace tiempo ya que perdí
la pista de mis amigos maravillosos, he de deciros que jode, jode mucho aunque
repito que rencor, yo cero la verdad. Duele, pero les compadezco.
Peor es el último caso, con este
sí tuve ya una pseudorrelación de meses, puede considerarse incluso un ex. Un ex
por el que tampoco tengo ni tendré ningún mal pensamiento. Pero sí creí que era
mi amigo. Me gustaba escuchar sus audios matinales, tiene una voz preciosa y es
un tío muy culto a quien da gusto escuchar. Pues este señor, va y se echa
novia. De lo cual yo me alegro profundamente. Quizás con este caso, se abra el
debate de si se puede o no tener amistad con un ex (pues no es el mismo caso
que los mencionados anteriormente). Yo con él si os soy absolutamente sincera creí
que sí y aposté por ello. Bueno, pues resulta que el buen señor me esconde. Se comunica
conmigo cuando tiene la certeza absoluta que no va a ser “pillado” por su pareja.
Y si está con ella a mí ni mu. Puede pasar a enviarme 2 o 3 audios diarios
(siempre correspondidos por mi) cuando ella no está. Y me ha jodido que no sea
capaz de considerar cualquier comunicación conmigo como hago yo ante cualquiera,
pues lo hace a escondidas cual cobarde. Porque si se entera su rubia (qué casualidad
otra rubia), dice con sorna que le cuelga del pino más alto.
Otro más… Esta vez fui yo la que
rompí cualquier tipo de comunicación. No por nada, solo por valorar el hecho de
que hablar conmigo es tan maravilloso como para no tener que hacerlo debajo de
la mesa, ahí metidito entre las faldillas para que nadie te pille. En realidad,
creo que tiene que ver más ya con que una comienza a quererse por fin. Y que no
está dispuesta a soportar ningún gesto de minusvaloración más. Se acabó. Es verdad
que no puedes esperar que tus amigos sean perfectos, cuando una es un amasijo
de imperfecciones. Pero ¡coño! Que no hayas hecho absolutamente nada y manden a
tomar viento fresco una bonita amistad pues jode.
Aunque referente a este mismo
asunto, lo que más me esta fastidiando en estos últimos tiempos es la amistad
perdida de una amiga de esas que eran de verdad, o eso creía. Era de verdad mientras ella te aniquilaba y
ridiculizaba delante de terceros, te dañaba con sus palabras una y otra vez, y
tú aguantabas porque la querías, porque precisamente la tolerabas con sus defectos,
como por supuesto ella a ti con los tuyos. Y porque pesaba mucho más lo bueno
que lo malo. Además, tú estabas en un período de tu vida absolutamente hundida.
De repente te recuperas, (bueno, de repente no, después de años de esfuerzo) y notas
que esos comentarios, rebasan ya el límite de tu dignidad. Se lo dices
claramente, le pones ejemplos, le aclaras que no estás dispuesta a tolerar más
daño, más gestos de desprecio, vamos lo que viene siendo un “hasta aquí, niña,
vale”. Y, ¿quién es la ofendida? ¿quién es la que tiene un rencor con el que no
puede vivir? ¿quién es la que “para sentir paz en su vida te manda a tomar por
culo”? Ella. Pues sí, señores y señoras, ¡manda huevos! que diría aquel.
Y no queridos lectores de mis
borracheras, la paz interior no se consigue centrándote en tu propio ombligo y utilizando
como diana a la que más te quiere y más verdades te ha dicho que deberías oír. No
señor, equivocas el dardo envenenado una vez más. El tiro debería ir hacia fuera sí, pero
sacando toda la mierda que llevas dentro, tanta mentira y tanta frustración, y apoyándote en quien te quiere de verdad conociendo
todos tus secretos. Mierda para el correo ha sido este caso. Pero bueno, si
ella se engaña a sí misma y está mejor, que le dure la mejoría.
Yo, sinceramente, con la mano en
mi gran e imperfecto corazón, os digo que no sé lo que es tener rencor. A todos
los ex de mi vida les he querido, y yo quiero para siempre, no deseo mal a
nadie en este mundo. Que las supremas de Móstoles no teman, (rubias todas
ellas) porque yo no quiero quitar a nadie nada. Eso sí, he visto necesario
tomar esta vía para comunicarme por si algún día me leen. Que sepan que yo no perdí,
que a mi me perdieron. Y que encima, las puertas de mi casa siempre estarán
abiertas. Ya que no me dejan otra vía de comunicación, al menos me desahogo. A
mí como me decía mi ex más ex, no me saldrá una úlcera de estómago por guardarme
mis emociones. Al final eso de quererse a una misma va a resultar que es extraordinario.
Porque es verdad que te vuelves invulnerable, al menos un poquito. Y con el
tiempo acabas por considerar que esos amigos tuyos no lo eran tanto en realidad
cuando son capaces de esconder, ocultar, y mandar a la mierda a una persona que
no se lo merece en absoluto y que está siempre dispuesta a rectificar…que no a
dejarse pisar, claro.
Ahora lo que sí me pregunto es lo siguiente:
- ¿cómo puede haber mujeres tan lobas, inseguras de sí mismas, acaparadoras y absorbentes, que no permiten a su pareja hablar y querer a quienes les dé la gana?
- Y lo que es peor, ¿Cómo puede haber hombres que se quieran tan poco como para tolerar que alguien que se supone está a su lado para ayudarles a crecer, les corte algo tan esencial e inherente a su persona como su propia libertad?
- Y ¿cómo puedes estar tan ciega como para creer que echando tierra sobre la herida la vas a curar , cuando lo único que haces es taparla temporalmente,consiguiendo además así una gran infección? Y es que el rencor, si lo tienes tú dentro, eches a quien eches de tu vida, nunca te va a dar paz.
Una pena en todo caso.
Y por cierto, cómo dice una buena amiga mía que también es rubia, menos mal que además de todos estos, me he encontrado con gente maja y buena por el camino.