UN PUEBLO SIN TRADICIÓN, ES UN PUEBLO SIN PORVENIR
La noche de San Juan es MAGIA. No lo digo yo, se vive en las playas, en las hogueras, en los rituales de las Meigas. Solsticio de verano, tierra, tradiciones ancestrales, fuego y el sentir de sus llamas.
Me gustan las tradiciones (las buenas). Creo que te hacen sentir enraizado. Situado. Como si el deambular despistado que me caracteriza, se centrara por un momento en tu lugar. Te ubicara donde toca. De nuevo te sientes pequeñita. Como formando parte de algo que acontece, estés o no. Esa noche que dicen es la más corta del año, sucede, estés o no. Y el paso del fuego llega, estés o no.
Y por qué no acercarse este año a San Pedro Manrique. Tierras Altas sorianas. Una comarca que me fascina, por su dureza, por su belleza. Por sus muros algunos tristemente derruidos. Pero que perduran en su perseverancia en el sentir de sus gentes.
Tantos años en Soria y no se había dado nunca la ocasión de acercarme a verlo. EL PASO DEL FUEGO.
Está lejos, el puerto de Oncala se hace complicado en la oscuridad, para una que ve menos que un topillo a la luz del día, conduciendo de noche por esas curvas. Pero secuestré al hombre de la casa y nos acercamos a dar una vuelta por esas tierras que tanto nos gustan a los dos.
Primero paseo por Oncala y sus tapices. Qué lugar tan maravilloso. Fascinante, por no decir ya nada del queso "protocolario" que compramos esta vez aderezado con pimienta. Mi chico se chupó los dedos.
Llegamos a S.Pedro en fiestas. Allí nos encontramos con alguien muy admirado por todos nosotros. Mis hijos desde niños que les dió clase, me transmitieron su devoción por el que describen ambos, como el mejor profesor que les ha enseñado. Y es que Carlos no es un profesor al uso. Les transmitió amor por la historia, por las ganas de aprender, por la humildad, por la VIDA en mayúsculas. De hecho, la principal razón por la que visitamos Roma fue su influencia en ellos (uno de nuestros mejores viajes, sin duda) inculcándoles ganas y ansias por transitar piedras milenarias.
Aquella tarde, el entusiasmo que nos transmitió a los dos por lo que íbamos a vivir, nos hizo la espera mucho más fácil. Entramos al recinto, una maravillosa iglesia cuya portada rememora el Románico, preside el espacio , es la ermita de la Virgen de la Peña.
Y aunque estuvimos casi 4 horas allí se nos pasaron rápido. Vimos el proceso desde el principio. Colocan madera del mejor roble, 2 toneladas nos dijeron. Todo meticulosamente preparado.
Comienzan las llamas y el calor se hace casi insoportable, tenemos que subirnos a lo alto del recinto evitando el achicharramiento.
Llegan las ascuas. Impresiona. Expertos colocan con varas todo uniformemente, para evitar accidentes indeseados.
Y te dices que es imposible que no se quemen, por mucho que la tradición diga que si eres de allí, pasas por el fuego descalzo como si de hierba fresca se tratara. No me creo yo que los sampredranos tengan los pies de amianto de nacimiento y eso les exonere de terminar con los pies calcinados.
Charlamos madre e hijo, vamos haciendo tiempo hasta que llegan las 12 de la noche.El público del graderío se prepara, ante el fuerte calor que despide la alfombra roja, para asistir a una celebración que los expertos señalan como ritual iniciático o medio para para lograr la inmortalidad a través de la hoguera purificadora. Sea como fuere, el Paso del Fuego es uno de los momentos más emocionantes del calendario festivo más allá de las fronteras provinciales.
Bailan alrededor del fuego. Y llega el momento.Todo ello ha sido presidido por Las Móndidas, tres jóvenes sampedranas elegidas por sorteo entre las mozas casaderas.Cuentan que estas muchachas son el recuerdo de la abolición del Tributo de las Cien Doncellas tras la derrota musulmana, dicen también que no son sino la encarnación de las antiguas sacerdotisas celtíberas… Son algunas de las tesis, infinitas, que giran en torno a una fiesta antigua y espléndida en Tierras Altas.
No perdemos detalle. Expectantes. Con una emoción que siendo inexplicable nos envuelve a los dos. Lo sé porque conozco a mi hijo y sus enormes ojos negros brillaban especialmente. Y me enorgullece y mucho verlo así. Que mis hijos vivan lo que llamo "momentos infinitos" por su intensidad inolvidable, me halaga tanto, que desde luego paso a ser todo menos humilde. Les he enseñado a emborracharse emocionalmente conmigo (fiesteros del otro tipo también me han salido aunque a eso no les haya enseñado yo). Así que por lo menos que sean disfrutones de todo lo bueno es una medalla que me gusta colgarme.
Pasan más de 20 personas, (los tres primeros con cada una de las móndidas a hombros) algunos tiran besos al cielo al terminar de cruzar por encima de ese fuego al rojo vivo. Se abrazan. Transmiten fuerza, ilusión, miedo y a la vez una gran valentía. Recuerdo con especial admiración una chavala sola. Madre mía qué valiente le grito...¡Ole la tía! (lo siento, pero la admiré el doble por ser chica)
Grababa nerviosa. Miraba el móvil, cuando de repente me da un codazo y me dice, ¡¡mamá por favor deja el móvil, mira quien pasa ahora!!. ¡¡¡Es Carlos y lleva en hombros a su hijo.!!!
Los que Luchan
Hay hombres que luchan un dia y son buenos;
Hay otros que luchan un año y son mejores;
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos;
Pero hay los que luchan toda la vida,
Esos son los imprescindibles.
Esta frase tan famosa de Bertolt Brecht, la he utilizado solo dos veces antes. Una con mi padre, que es sin duda alguna un hombre imprescindible, otra con Caco Martín García- Sancho (otro de los grandes) y ahora, con Carlos Munilla.
Hoy me quito el sombrero ante aquellas personas humildes, trabajadoras, honestas, inteligentes, que transmiten paz, alegría, amor a la vida, perseverancia y lucha. Admirables en todo caso. Dejan una huella indeleble a quienes tenemos la suerte de cruzárnoslas aunque sea brevemente, a poco observador que seas.
La vida como digo siempre, puede ser muy jodida y a veces nos da de lleno con su cara más fría y oscura hundiéndonos en la más desolada de las profundidades. Pero afortunadamente hay hombres como ellos. De esos, los imprescindibles. que nos hacen al resto de los mortales el paso por aquí infinitamente más hermoso.
Y hablando de tradiciones, a los pocos días se celebró LA SACA en Soria. Entiendo que haya gente detractora de alguna de estas tradiciones, aunque yo sea de las que las defenderé mientras viva. Doce novillos son llevados a la capital desde el Monte Valonsadero, junto a unos 300 caballos. Música, vino, alegría, sol, polvo, risas, emoción, gente, mucha mucha gente.
Y por esas casualidades maravillosas de la vida nos volvemos a encontrar a Carlos. Nos hace emocionarnos a los tres con sus palabras. Y le pregunto con curiosidad si el otro día se quemó. Es obvio que no , de haber sucedido no habría podido venir caminando hasta aquí, nos dijo. No se hizo ni una leve quemadura. NADA.
¿Veis como tengo razón? Es uno de los imprescindibles.
Gracias querido PROFESOR, por dar tanto amor en tus clases y hacer que a mis hijos les llegara tu magia.