Después de unas vacaciones absolutamente increíbles, no muy distintas a otras en belleza de los lugares visitados ni en las emociones vividas, pero al ser las últimas sí las más increíbles por las sensaciones cercanas que aún me invaden de plenitud.
Sí es verdad que soy de esas personas que miran a las estrellas. A veces he resultado "estrellada", no lo voy a negar, Pero esta capacidad mía para disfrutar de todo lo bueno, hace que capte la belleza también en las cosas más sencillas y que por otro lado no pare de seguir buscándola. Desde luego que es una gran suerte ser así. Creo que las personas que son como yo en esto, saboreamos intensamente y eso siempre es un plus en esta vida, que no deja por otro lado, de intentar restarnos a todos seamos como seamos
Y bien verdad es también que no es necesario irse muy lejos para ser capaz de ver las estrellas. Aquí lo único importante es con quien.
El fin de semana pasado vivimos una noche mágica de perseidas entre carcajadas en el sitio de mi recreo(Casa Rural Valmayor). Un lugar donde la paz supongo que no la da la ubicación, pero sí los dueños de la casa, amigos ya desde hace muchos años, apoyo incondicional en mi momento más duro. Recuerdo con muchísimo cariño esos miércoles que me invitaban a comer para hacer un parón en lo que por aquellos entonces eran semanas eternas.
Buscar un hueco ya se hace cada vez más complicado. Siempre están llenos por gentes de bien que vuelven, como yo, a buscar esa belleza de vistas al Moncayo, de desayunos exquisitos de Javi, de paz en las miradas, de la socarronería de Vicen, de sonrisas cómplices. Cuando este 12 agosto nos tumbamos en esas hamacas a mirar las estrellas fugaces, reímos tanto, que vivimos la fugacidad del momento como algo que quedará en nuestro recuerdo.Estoy segura de que a todos los que llenamos esas 12 hamacas no se nos va a olvidar esa noche facilmente. Por otro lado que tu hijo de casi 17 años elija irse contigo, catalogando el momento como uno de los top del verano, da idea de que me quedo corta en describir lo verdaderamente bien que allí nos sentimos. No hacen faltan grandes extravagancias para sentir que tu verano ha sido pleno. Gracias amigos, como dice Luz , en una de sus canciones para mí preferidas, cuanto más bella es la vida, más terribles sus zarpazos. Quedémonos con esas sonrisas, con esos momentos y que vosotros sois, uno de esos lugares a los que siempre he de volver (aunque tenga que pedir cita con años de antelación.. que ya te vale... Don Vicen).
Estaba desolada pensando que en agosto no iba a ir a ningún sitio. Después de una breve escapada a Menorca con quienes más quiero y disfrutar tanto allí creí que todo había acabado.
Y resulta que la vida (y algunas personas) no me han dejado de sorprender continuamente haciendo de estas vacaciones una continua montaña rusa donde cada subida daba lugar a una excitante bajada viviendo la atracción con la misma intensidad de cuando teníamos 20 años. Hablando de montañas, sabía que iba a ver a mi admirada Luz Casal en el Festival del Pirineo Sur, pues mi amigo navarrico y yo, teníamos las entradas desde abril. Lo que no sabía es que me iban a acompañar mis hijos y menos que iba a conseguir uno de los retos del verano. Subir al Arco de Piedrafita. A los que nos gustan tanto los bellos paisajes, sabemos que el pirineo nunca defrauda, pero conseguir llegar hasta arriba y disfrutarlo tanto fue otro de los instantes inolvidables.
El Enclave de Agua fue magnífico. (aunque a alguno que eligió irse a Garray lo echáramos de menos). Siempre los he disfrutado pero esta vez reímos tanto que hubo momentos que creí me ahogaba por no poder respirar. Ni que decir tiene que lo mismo ocurrió aquella noche en Espejo de Tera. Me repito en la reflexión anterior, que tu hija de 21 años con su gran vida social elija irse contigo de nuevo a un festival de verano en Espejo de Tera, dice mucho de lo que ella ya predecía que íbamos a disfrutar. Se quedó corta. Fue una de las noches más divertidas del verano,
Alguna cena en casa con amigos de verdad, de esos que surgen solo dando, sin exigir ni pedir nada a cambio. Esforzarme por un dia y hacer una cena rica solo por demostrarme a mí misma que soy capaz y salir tremendamente gloriosa de la experiencia, es algo que te llena sobre todo por la maravillosa compañía de aquella otra noche de verano en mi jardín,
Ha sido un verano magnífico. Dicen que las personas que hemos sufrido mucho saboreamos más las cosas buenas. No lo sé. Tampoco creo yo ser ejemplo de nada, pues en absoluto lo soy. Pero si me gusta darle gracias a la vida por estos días de ensueño. Esta escapada final al norte, regalo sorpresa ha sido la gota que ha colmado el vaso de la felicidad. Da miedo decirlo. Pero gracias por compartir conmigo estos acantilados de El Cabo de Ajo e Isla que hacen las delicias de todos los sentidos. Han sido unos días de ensueño, para que luego diga Sabina que al lugar que has sido feliz no has de volver. Mar, calas paradisíacas, buen yantar, bailar musica de los 80, ver estrellas fugaces, atardeceres hechizantes, conversaciones profundas. Carcajadas intensas, vértigo en las montañas, conciertos de grandes artistas, festivales increíbles, son expresiones que describen y resumen el que ha sido sin duda uno de los veranos de mi vida.
Solo puedo dar gracias por sentirme tan tremendamente afortunada. Pedir fuerzas para seguir adelante y que por favor no pierda la ilusión y estas ganas de vivir y compartir con quienes me hacen sentir tan absolutamente querida. Si he conseguido por un momento haceros tan felices como vosotros a mí, me doy por tremendamente satisfecha.
La verdadera amistad se basa en la aceptación, el respeto y la confianza mutua, y su belleza radica en su capacidad de inspirarnos, enriquecernos y recordarnos que no estamos solos en este viaje de la vida. No es verdad, como alguien resentido me dijo una vez, que se me llene la boca hablando sobre la amistad. Creo absolutamente en ella. La distingo y cuido. Pero además los verdaderos amigos jamás exigen nada a cambio.
Gracias de corazón a todos quienes habéis intentando que sonriera este verano consiguiendolo con rotundo éxito. Gracias por estar. Y gracias a la vida que esta vez va de cara, espero que sigas siendo benévola conmigo por mucho mucho más tiempo.