"No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado para darte cuenta de cuanto has cambiado tú" ( Nelson Mandela)
Es increíble como se pueden resumir distintas etapas de tu vida con la memoria
fotográfica de determinadas visitas que hicimos a un mismo lugar. En mi caso os
voy a hablar de” La Fuentona.”
La Fuentona es un lugar emblemático en Soria. Para algunos
(los menos- mi amigo Antonio, por ej. dice que no le gusta nada-.) es un lugar oscuro y
tenebroso, supongo que por el misterio que envuelven sus aguas. Para otros
(entre los que me encuentro) es un lugar lleno de magia, de color esmeralda
.Luminoso y enigmático al mismo tiempo.
La primera vez que fui, me llevaron Chente y Maria. Me
pareció asombroso. Aún tengo esa capacidad de asombro, afortunadamente. Pero en aquel momento, con mis 27 años era la
chica más feliz sobre la faz de la tierra. Nos comentaron que había muerto
gente ahí abajo, el misterio hizo acto de presencia con una luz impresionante.
Como tantos días en Soria!!.
Recuerdo como me sorprendieron sus aguas
turquesa y la profundidad de las mismas.
Posteriormente, cuando venían familiares y amigos los llevábamos a visitarlo previo
paso por Calatañazor. Pueblo medieval que me sigue atrapando cada vez que
me acerco.
Otra visita tuvo lugar con mi incondicional Ana y su
maravillosa familia. Reímos e hice fotos para una de mis primeras
presentaciones. En esa ocasión descubrí todo su espectacular entorno. La
cascada no traía agua. Pero el lugar, me envolvió para siempre. En aquel
momento era la madre de familia más feliz del mundo mundial (junto con Ana,
ambas irradiábamos felicidad ese día.). Sol, calor, risas, tortilla de patatas,
Dana que se pierde… Dani que corre…. Manel detrás…. Las niñas encantadas de la
vida…..
La presentación trataba sobre una oruga… que sola atravesaba
montañas y cientos de obstáculos, la pobre. Mientras los demás animalitos del
bosque no apostaban por ella, ella sin embargo no cesó en el empeño y se fue en busca de sus sueños para finalmente
alcanzarlos convirtiéndose en mariposa.
Otro día en junio del 2012, fui con mi familia. En aquel
momento me sentía morir. Pero ni siquiera era capaz de imaginar lo que se me
venía encima. Él decía sentirse relajado (se había quitado un muerto de encima,
ahora lo entiendo). Yo aún tenía esperanzas. Debí adivinar lo que pasaba,
cuando en el restaurante del lugar pidió una tarjeta y preguntó si hacían
asados. Pero a quien vas a traer, dije????
Qué imbécil soy!!!. Desde luego
no hay más ciego que el que no quiere ver.
La siguiente vez que fui, la cascada venía a tope. Supongo
que era directamente proporcional a las lágrimas que echaba por aquel entonces.
Fui con Belén, su hija y mis hijos.
Independiente, sola, comprobé que no solo
soy capaz de ir a cualquier sitio, sino que puedo llevar a más personas. (aunque
a veces los pierda y nos riamos a carcajadas por hacerlo)
Tengo algunas fotos de ese día….era invierno pero no hacía
demasiado frío. Sonreía… pero la tristeza que tenía en mi alma se ve en las
fotos. Mi transparencia es exactamente
igual que la de esas aguas, muy a mi pesar.
He vuelto más veces…otra visita que recuerdo con gran cariño
fue la que hicimos no hace mucho, con
mis amigos del grupo de ruta. Los niños se lo pasaron en grande y desde luego no disfrutaron más que yo. Incluso treparon por paredes rectas, Ricardo los
sujetaba con una cuerda desde arriba. Me lo pasé genial ese día, como siempre
que estoy con ellos. La buena gente te
hace sentir así.
Tengo fotos de casi todas esas visitas. Pero no las
necesito. Las guardo en mi memoria, al igual que recuerdo exactamente cómo me
sentía en cada uno de esos momentos.
El fin de semana pasado estuve de nuevo. Cómo me gustó
volver!!!!! La cascada traía agua en
contra de lo que nos habían dicho. Y fue fantástico estar allí otra vez, pero
si lo fue, se debió a la compañía, esta vez el lugar tenía poco que ver. Había luz y lo que es más importante, caminos por explorar de cuya
existencia no me había percatado.
La vida sigue, la ilusión vuelve a aparecer… a veces de modo
intermitente como el agua en la cascada de la Fuentona. Quizás se deba a la madurez que va unida irremediablemente a la prudencia.
Otras veces esa ilusión aparece con una gran firmeza y profundidad como las aguas de
su laguna.
Pues la vida sigue…. afortunadamente.
OS DESEO UN FANTÁSTICO FIN DE SEMANA, el mío se prevé
divertido y especial.
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