martes, 20 de noviembre de 2018

Homenaje a mi hermano.

Las familias son la brújula que nos guían. Son la inspiración para llegar a grandes alturas, y nuestro consuelo cuando ocasionalmente fallamos. — Brad Henry.




A mi hermano…


A mi hermano siempre me lo pintaron como un ser perfecto e incuestionable. El mayor de todas nosotras, con unos inmensos ojos grisáceos. Guapo y muy inteligente. Y además bueno.

Pero es que resulta que así nos lo pintaron a las tres nuestros padres, porque él es así.

Me decía mi madre que mis grandes ojos se quedaban clavados en él desde niña. Y que allí donde estaba él, yo lo buscaba y me ponía cerquita. Diez años mayor que yo, y todo un ejemplo desde siempre y para siempre. A veces era admiración, a veces gran respeto y a veces hasta miedo. Cuando se enfadaba y se ponía serio era con nosotras, las pequeñas , mucho peor que nuestro padre. Menos mal que fueron muy pocas las veces.

Seguro que él no es para nada consciente de la gran influencia que ha supuesto en mí. Él me enseñó que hay que viajar, que hay que tener amigos de todo tipo y condición y que ninguno es más que otro. Porque nadie es más que nadie. Me enseñó que en la vida hay que luchar y ser valiente. Y que no hay que tener miedo nunca. Él que es muy futbolero me dijo una vez que quien sale al campo con miedo pierde. Así que fuera miedo, me dijo,  en uno de los momentos más duros de mi vida. Y salí con su consejo al campo y gané.

Me enseñó a ser generosa y compartir las cosas buenas. Nunca olvidaré aquellas Navidades (fueron muchas) en las que él se dejaba su extra en el Mercado de Valladolid. Y gracias a él supimos lo que eran los percebes en casa. Las nécoras. Como se hacía el buey de mar que aún traía pataleando. Y que los bígaros se cocían con mucha sal y laurel. Nuestra madre orgullosa seguía sus consejos para la elaboración de aquellos manjares y nosotras, las pequeñas con la boca abierta,  saltábamos de alegría. Eso es compartir, eso es ser generoso con los que se quiere. Eso es enseñar con el ejemplo. Sin palabras.

Él parece frío y distante. Muestra pocas veces sus sentimientos pero eso es porque los tiene tan tan profundos y tan grandes…. Que si se le vieran, él se haría muy pequeñito. Y eso con sus grandes y maravillosos ojos azules grisaceos es del todo incompatible.

Gran padre,  (mi sobrino, otro gran chico, de  casta le viene al galgo), gran marido (da gusto verlos, ¡qué envidia!), gran hermano. (yo hablo por la parte que me toca)

Seguro que se sorprende muy mucho de que le dedique hoy una entrada a mi abandonado blog. Yo que digo que mi padre nos lo pone todo fácil a sus hijos  puedo decir por mis hermanas también, que nuestro hermano nos lo pone todo fácil a nosotras. Así que sirva esta pequeña entrada para darte gracias públicamente, hermano.  Gracias por ser y estar siempre cuando se te necesita. Gracias.

Una a veces después de todo lo que le ha tocado vivir se siente triste, y cansada. Pero cuando relativizo todo y sobre todo cuando me paro fríamente a pensar, descubro lo gran afortunada que soy entre otras cosas por mi extraordinaria familia.

Familia a la que apenas veo y disfruto pero con la que sé que cuento. Y esto es tan hermoso que tengo que plasmarlo hoy, que me llegó un video emotivo sobre los seres queridos que apenas vemos.

Familia que no elegí, pero de la que no cambiaría ni un ápice 10.000 veces que naciera si pudiera hacerlo. Bueno si, cambiaría el pasar algún rato más como el que pasamos en la casa rural de mis amigos la última vez que estuvimos relajados los hermanos.

 Bueno… me despido por un consejo para hoy, aquellos que tenéis gran familia hacérselo saber de vez en cuando. Y los que no, si en vuestra mano está hacer algo por mejorarla, hacedlo.

jueves, 19 de abril de 2018

Trasroscarse en primavera


No hay ni una sola historia de amor real que tenga un final feliz. Si es amor, no tendrá final. Y si lo tiene, no será feliz.  (Joaquín Sabina)



Con esto de la primavera, me dijeron que  se despierta la inspiración. Pues no sé si achacarlo a la nueva estación que como decía en mi entrada anterior por fin parece haber llegado a esta dura y fría tierra; o más bien justificar una nueva entrada tan pronto,  haciendo caso de más de una persona que me ha dicho que la entrada anterior después de tardía ha sido muy corta.

 ( Gracias,  compañeros) .

Como soy un poco anárquica, aquí estoy de nuevo tan solo un par de días después. Hoy os voy a hablar del AMOR.  ¿Qué es el AMOR? Claro una visión breve y muy particular. Aunque como siempre os digo cualquier parecido a la realidad será mera coincidencia. Este blog no es autobiográfico. Y quien diga lo contrario tendrá que vérselas conmigo.


Es curioso, yo que soy tanto de sentir. De emociones. De intensidades,  no sabría definir el amor. Sé que en mi caso es algo que te invade, supongo que lo tengo idealizado desde pequeña. Pero la puta realidad (perdón por ser tan mal hablada, siento herir sensibilidades, pero cada vez hablo peor y no sé por qué no quiero corregirme) , decía, la puta realidad, no ha sido tan suficientemente cruel (y mira que lo es) como para que haya conseguido estallarme encima. Sigo idealizando.

Una de las veces que con más fuerza me he enamorado fue del chico del instituto. Amor platónico no correspondido. Eso son los amores de verdad, los que no defraudan. Sigues enamorado toda la vida. Esa persona es perfecta, y sigue siéndolo. Y siempre lo será. Para mí el más guapo, el más listo, el más inteligente, con una calidad humana inmejorable. Años después, muchos años después seguía enamorada. Se lo hice saber de un modo muy original. Luché como siempre hago derrochando toda la energía en las causas perdidas. Y derroché energía a toneladas. Creo que es una faceta muy mía esa de derrochar energías innecesariamente. Se repite muy a menudo en mi vida.  Pero no me arrepiento ni de uno solo de los minutos dedicados. Hoy, sin tener casi relación con él, sé que él me aprecia. Y sé que es un amigo de esos  de los que no sabes apenas nada, pero con los que cuentas. Como dice Benedetti. No hasta 2 o hasta 5. Que no necesite nada que yo pueda darle, que lo haría sin pestañear. Y estoy absolutamente segura de que es recíproco.


Después me enamoré de un modo real, ya no platónico. El sentimiento fue el mismo, invasión. Se te quita el apetito. Mariposas en el estómago. Años de feliz y armoniosa convivencia. Magia. Pasión. Familia. Hogar. Felicidad suprema. Pero también el amor tiene una cara oscura, dicen que se acaba, (yo no lo creo, quizás el amor por su parte no era el amor que yo describo), traición y dolor. Angustia. Profunda decepción. Fueron acontecimientos que le siguieron. Y esos tampoco terminan. Como el amor son infinitos y perduran en el tiempo.


Luego vino la pasión, que como las cosas buenas, si breve dos veces bueno. No sé si esto ha sido obsesión o amor. Aunque creo que como todo buen enamoramiento que se precie tiene que tener grandes dosis de obsesión. Madre mía, qué obsesión, por alguien que no. Que no.  Y que no. Que como dice mi amigo David, es un tonto. Es la primera vez que me he enamorado de alguien cuyas cualidades más importantes no eran dignas de mención. Cobardía es una de ellas. Pues aun sabiendo eso, yo enamorada hasta las entrañas. Esta persona sacó de mí la faceta más poética. No sé por qué habré borrado todo de él (bueno la rabia sí que me empuja  a actuar así, de  un modo impulsivo) Si tuviera todo lo que le he escrito a esta persona, lo que le he grabado. Lo que le he enviado vía suspiros…..el Cortázar ese se quedaría corto.


Hay amores de todo tipo. Hay amores sanos y nobles que duran toda la vida. Parejas que se enamoran a los 15 años y crecen juntos. Respiran juntos y a pesar de las dificultades de la vida siguen juntos porque quieren estar juntos. (No hablo de la gente que lo está por conveniencia sin amarse) No saben hacer nada el uno sin el otro. Se acompañan. Se respetan. Son compañeros de vida. De esos,  para los escépticos yo conozco unos cuantos. Que son reales y  los tengo muy cerca. Envidia me dan, de la mala, que de envidia no hay otro tipo.


Hay mucho escepticismo en esto del amor. No es verdad que para enamorarse se necesite mucho tiempo. A veces sí, pero en otras ocasiones, vuelve a invadirte sin lógica alguna. Aún sabiendo que la otra persona no es la mejor opción para ti. Aún habiéndolo visto apenas 12 horas en 3 días. La base primordial de cualquier buen enamoramiento que se precie es la admiración. Tienes que admirar a la otra persona. Mi idealización no pasa por no ver los defectos en el otro. Claro que los veo. Los intuyo cuando permanecen ocultos. Los observo cuando son evidentes. Pero eso no impide que idealices al amado porque precisamente eso es el enamoramiento. Admiración. Idealización. Sueño. Que el corazón te lleve a sueños que al hacerse realidad descubras que todo lo que se vive con esa persona es pura magia. Y qué más da que tenga defectos. Eso da igual. Si no los tuviera ….. daría miedo.

Lo que si es cierto es que el amor no ocupa espacio. Los buenos corazones tienen cabida para amar y amar. Y el amor no se acaba. El amor es infinito por propia definición. Cuando amas de verdad a alguien lo haces para toda la vida. Quien me quiera defender lo contrario está invitado a una cena, será muy larga la sobremesa, porque tengo argumentos más que suficientes para demostrarlo. Si tú que estás leyendo esto, has conseguido tocar mi corazón, pese a quien pese y pase lo que pase tendrás un hueco en él para TODA MI VIDA.


Así que como es primavera, hagamos como en la película de Bamby que Tambor y su chica se trasroscan. Qué chula es esa escena.
Porque si hay algo verdaderamente triste no lo es tanto  el que no te correspondan como el hecho de no haberse enamorado nunca. He conocido a personas a quienes les corría horchata por sus venas. Éstos  sí que no me dan ninguna envidia. 

Es primavera, hay que trasroscarse. No hay mayor alegría y mejor ilusión que esa.


Feliz fin de semana.

martes, 17 de abril de 2018

Después de un invierno malo... una mala primavera?

Un optimista es la personificación de la primavera.(Susan J. Bissonette)


Parece increíble. Hace justamente una semana alguno de mis compañeros de trabajo se quedaban atascados en la carretera por la gran cantidad de nieve que cayó. Algún otro de no ser por las cadenas tampoco habría pasado. Yo, con mis ruedas de invierno que me cuestan un riñón y el coraje que a veces saco en los momentos difíciles, pasé y llegué al trabajo apenas con 15 minutos de retraso. Eso sí, temblando y muy tensa. Pero llegué. No os podéis imaginar la cantidad de nieve que había.
Dice Fito que después de un mal invierno, una mala primavera. Este invierno ha sido oscuro. Largo. Frío. Sin ver el Moncayo. Incluso llegué a pensar que había desaparecido, mi querido y admirado Moncayo... qué susto.....no estaba.
 Pero ayer, regresando por esa misma carretera de enlazadas curvas y que en muchos de los días del largo invierno , parecen pistas de patinaje sobre hielo, había un paisaje esperanzador. Un verdor de primavera. Un sol radiante, entre nubes también con luz. De esos que hacen que el campo parezca más verde. Más brillante. Me daban ganas de hacer fotos y poner el antes y el después, la diferencia con tan solo 7 días de margen. Como una especie de metáfora de la vida.
Esperemos que Fito no tenga razón, y hagamos caso a Sabina, que canta a la primavera en su último disco. Le da la bienvenida y le dice que la espera en  la escalera del redil.
Y que  cómo yo, lleva nueve meses oxidada, en el fondo de un baúl. Y sin estar enamorada, vuelvo al sur. Me vacunaré de lo que duele. No me encelaré del mar, porque efectivamente mis párpados huelen a humedad. Eso sí,  pienso ponerle todos los cuernos de los que sea capaz al invierno. Reavivar la hoguera y perfumar mi corazón.
No sería yo si no lo hiciera.

Feliz primavera, que parece que llega por fin,  casi un mes después de lo que dice el calendario.


sábado, 6 de enero de 2018

La Laguna Negra y el nuevo año.

"No digo que vaya a ser fácil pero sin duda merecerá la pena"




Procuro educar a mis hijos en la ley del esfuerzo. En hacerles ver que la vida está llena de placeres y momentos espectaculares que lo son mucho más si te los has ganado.


 Estos días de vacaciones, de disfrutar por fin del merecido descanso, me han hecho pararme a pensar un poco.
 ¡Vamos tan deprisa!. Lo queremos todo dentro de la tiranía de la inmediatez. Y si puede ser sin esfuerzo alguno. Así que cuando no conseguimos los objetivos tal y como los queremos y cuando los queremos, viene la gran frustración. 
¡Qué gran equivocación de miras! ¡Para un poco, respira, saborea. ..disfruta de todo lo bueno!!

 Cuando el otro día improvisamos una excursión a la Laguna Negra,  según caminábamos por las pistas con tramos absolutamente helados y cuesta arriba, resoplábamos.

Nos planteamos seguir o dar la vuelta. Cuando nos cruzamos con una pareja de inconscientes como nosotros que bajaban a duras penas con toda la prudencia de la que eran capaces para no resbalar, y después de preguntarles cuánto nos quedaba nos respondieron que 2 kms resoplamos aún más. ¿Qué hacemos? ¡Vamos chicos! Les dije. ¡2kms no es nada! Así que casi una hora después llegamos a los pies de la Laguna y al subir el último escalón helado...
Manel que es una ardilla e iba el primero, exclamó :¡ Hala!¡Qué pasada! 

¡Y yo que he estado a punto de perdérmelo! , dijo Carla.
Nos abrazamos. Nos hicimos fotos preciosas, reímos y bajamos ya con una gran sonrisa y muertos de hambre porque nos dieron más de las 16h.
Así que hoy, en el calor de mi hogar, mirando mi jardín cubierto absolutamente por la nieve, me digo una vez más que las cosas que merecen la pena, cuestan.
Que lo fácil, por el mero hecho de serlo, deja de tener tanto valor  como lo que nos supone un empeño, una entrega, una lucha y muchas muchas ganas. 
Porque el nuevo año esté lleno para vosotros de retos a conseguir y de momentos mágicos para compartir con quienes más queréis. FELIZ AÑO Y MUCHAS GRACIAS POR ESTAR AHI.