"A veces va y resulta que..."
Gracias Ibiricu, gracias Tere, gracias Ana, gracias David, gracias Ángel, gracias Ricardo...
Cuando una es adicta, y no puede dejar de serlo, no hay nada que se pueda hacer. Soy un caso perdido pero si no estoy sola en el fango, si no acabo por volverme loca del todo (que bastante ya lo estoy) ha sido por vuestro empeño en hacerme ver lo que no puedo ver. Pero sin vosotros mi propia dependencia, sería sólo eso, una adicción emocional que me hace sentir sola abocada al vacío más inmenso.
Pero resulta que estáis vosotros. Así que nuevamente me doy por afortunada. No puedo entender la vida sin teneros. Sin contar con vosotros para que me deis esas collejas merecidas. Que escuchéis pacientemente y me mandéis de vez en cuando a la mierda porque agoto al más pintado.
Si no fuera por mis escapadas, acantilados que me dicen la verdad, mis hijos que me toleran simplemente por amor y por supuesto los amigos incondicionales, mi vida sería simplemente un camino árido lleno de baches, una carrera de obstáculos permanente. Pero resulta que en ocasiones mi hijo me ayuda a llegar a la roca con mejores vistas y mi hija inmortaliza el momento.