"Caminante no hay camino, camino se hace al andar"
Hace muchos muchos años que llevo queriendo hacer El Camino. De hecho tengo unas botas de trekking que guardaba para la ocasión y que tienen más de 15 años.Cuando la estrené dije "con estas haré el camino" Curiosamente tuve que cambiarme a unas deportivas mucho más cómodas que me consiguió mi hija.
Había escuchado a varias personas de mi entorno cercano describir con entusiasmo lo que les había supuesto la experiencia. Javi y Vicen que relataban haber hecho el Camino Francés completo y me hacían comparaciones entre el mismo y el sentir de la vida, en general. Tere ,quien lleva ya hecho alguno de sus tramos y que siempre me dice lo que yo disfrutaría admirando el románico que hay tan maravilloso, Juan Carlos quien me repitió en más de una ocasión que es algo que hay que hacer alguna vez en la vida, "aunque sean los últimos 100 kms", me recomendaba.
Me lo he propuesto en más de una ocasión , pero por unas razones u otras no lo he hecho hasta este verano. Supongo que eso que dicen, sobre que las cosas llegan cuando tienen que llegar ,es cierto. Si bien ha sido una versión light, es cierto que me han entrado unas ganas tremendas de volver a repetir otras variantes, y espero de corazón poder hacer alguna de ellas. Como me dijo una pareja granadina, que lo han realizado 8 veces, esta última en bicicleta desde Coimbra, "El Camino engancha"
Porque caminos hay muchos. Incluso hay varios destinos, no solamente Santiago es km cero. También lo son Fisterra o Muxía. La gran ventaja de esto es que hay mil posibilidades. Puedes ir solo o acompañado, que te transporten la maleta, o ir con la mochila cargada hasta casi no poder cerrarla. Puedes ser muy joven, había niños de 10 años, o muy mayor. No hay límite, más que el que tu salud te permita. Había una pareja de 75 años que me dejó absolutamente admirada. Iban de la mano y no paraban de sonreír, Asintieron y me dijeron "buen camino" .
Comenzamos el sábado a caminar, hacia Redondela. Vigo se hacía infinito, mucha niebla y no pudimos apenas ver el mar. Pero se intuía. La temperatura perfecta. Los pasos firmes, ágiles y mucho entusiasmo. El entusiasmo que lleva el comienzo de las cosas que haces con toda la ilusión.
No se me ocurren mejores compañeros que ellos. Me hacen reír a carcajadas. Nos enseñamos cosas mutuamente, a veces me regañan. Otras soy yo quien intenta guiarlos. Pateas zonas de eucaliptos y su olor te envuelve. Paras en fuentes en las que coincides con unas peregrinas inglesas muy sonrientes. "See you later" me dice una mientras se despiden.
La gente es muy muy amable y solidaria. Supongo que influirá el hecho de no tener prisa alguna y la intención de aprender a disfrutar de cada paso, aunque alguno cueste más que otro.
Es imposible perderte. En cuanto surge una duda, aparece una indicación marcando con una flecha amarilla la dirección a seguir y haciéndote ver los kms que quedan. (96,440km)
Llegamos a Redondela y despeja. Tiene una pinta estupenda. Hemos hecho 17 kms y han parecido un suspiro.
Descansamos en el albergue y nos vamos a dar una vuelta en un tren turístico. Hemos terminado en una playa preciosa . Una isla al fondo llamada San Simón y unas vistas al puente de Rande espectaculares.
Y así seguimos, al día siguiente Pontevedra. En el camino no parabas de descubrir sorpresas, una gaitera salía como si fuera un hada mágica detrás de los árboles en un rincón perdido. Una vendedora de fruta en lo alto de una cuesta (creo que me comí el melocotón más sabroso de mi vida), dos padres con sus dos hijos, grupo de chicos que cantaban canciones de los 80 y no tenían más de 17 años, mujeres de unos 50 que iban maquilladísimas... todo está permitido. Creo que lo único obligatoria era la sonrisa.
No os voy a engañar, hay momentos duros. En alguna de las etapas, llegamos al hostal de turno y no salimos desde las 15h que llegamos hasta bajar a la cena. Como prueba de ello esta foto. Cómo llegaría el chico del grupo que se quedó sopa entre las camas!!!
De Pontevedra a Cangas de Reis, una localidad que nos encantó. Destacamos sus balnearios que hacen la delicia al peregrino. De allí a Padrón y ya la última etapa. 25 kms. Dura no por la complicación , pero sí porque arrastras el cansancio y se hace larga.
Es cierto que el Camino no es únicamente llegar, sino vivirlo. Pero mentiría si no dijera, que aunque me emocioné en varias ocasiones a lo largo del recorrido, la borrachera emocional profunda fue ya en Santiago. Otra ciudad que se hace grande. Las gentes por la calle te siguen alentando allí mismo "buen camino" "ya os queda poco chicos" Cuando quedan 10 minutos te lo recuerdan, pero cuando llegas al Obradoiro estás absolutamente embriagado. Parece que la plaza gira a tu alrededor. Impresionante la catedral y toda la plaza. Nos abrazamos, nos emocionamos. Vemos a otros peregrinos alrededor, todos emocionados, alguno exhaustos, muchos cojeando, otras, cantando sanjuaneras, otras sin poder decir palabra...
No soy especialmente religiosa ni mucho menos pero cuando pasas ante el Santo, sientes una gratitud que te envuelve.
Yo particularmente, solo pude decirle GRACIAS , por mis compañeros de camino, absolutamente extraordinarios, valientes, cariñosos, alegres, perseverantes, luchadores, divertidos, fuertes y generosos. El Camino ha sido posible por vosotros.
GRACIAS Toño, también por tu grandísima generosidad Nos hiciste Pontevedra más preciosa de lo que ya es. Gracias también por la cena en Santiago. Nunca olvidaremos los manjares gallegos de la mejor calidad que nos hiciste disfrutar. Aunque lo mejor sin duda fue tu compañía, para alguien para el que sin lugar a dudas su tiempo es oro. Mil gracias de corazón.
GRACIAS Ana compañera por estar al otro lado. Espero poder estar yo también para cuando lo hagas tú. Gracias por esas sanjuaneras que llevaron a Soria hasta el mismísimo centro de la plaza.
GRACIAS Tere por regalarnos las credenciales. Te aseguro que la mía la guardaré como si de oro en polvo se tratara.
GRACIAS también a Ana, mi amiga del alma y PERDÓN también para ella, ella sabe porqué.
No creo que después de la experiencia, seas mejor persona ni nada de eso. Pero lo que sí creo, es que te embarga una sensación de plenitud y de magia maravillosa. Espero de corazón volver a vivirlo.
Ya sabes te toca a ti acompañarme, quiero volver a Fisterra y Muxía esta vez andando.
La ermita de la Virgen de la Barca es para disfrutarla unas horas como poco.
Fisterra, donde pensaban que acababa la tierra, y pa mí que sí.
CAMINANTE, NO HAY CAMINO. EL CAMINO ES MUCHO MÁS.