" PERDÓNASELO todo a quien nada se perdona a sí mismo". (Confucio)
Antes de nada mil perdones por tardar tanto en nuestro re-encuentro. Pero aquí estoy. Gracias por echarme de menos.
Recientemente cayó en mis manos un artículo sobre el perdón. Lo adjunto resumido. La fuente es de thoughtcatalog.com Traducción y adaptación: Genial.guru
Odio todos los clichés existentes sobre perdonar.
Conozco cada proverbio, cada consejo, cada opinión común acerca de esto porque intenté encontrar respuestas en una multitud de libros. Leí todas las publicaciones en los blogs dedicadas al arte de dejar ir la ira. Anoté varias frases de Buda, me las aprendí de memoria y ninguna de ellas me funcionó.
El perdón es una jungla impenetrable para aquellos que buscan justicia. Duele la simple idea de que alguien pueda quedar impune después de lo que ha hecho. No queremos mantener nuestras manos limpias, los rastros de dolor de los que nos ofendieron nos satisfacerían más. Queremos empatar. Queremos que también ellos sientan lo que sentimos nosotros.
Perdonar a alguien es similar a traicionarse a sí mismo. No quieres rendirte en la batalla por la justicia. La furia arde por dentro y te envenena con tu propio veneno. Lo sabes, sin embargo no puedes dejar ir la situación. La ira se convierte en una parte de ti mismo, cual corazón, cerebro o pulmones. Conozco esta sensación. Sé cómo se siente cuando la ira pulsa en tu sangre al ritmo de tu corazón.
Nos enfadamos porque queremos justicia. Porque pensamos que nos beneficiará. Porque creemos que cuanto más enojados estemos, más cambios podemos lograr. La ira no entiende que ya lo pasado pasó y el daño ya está hecho. Te quiere convencer de que la venganza lo corregirá todo.
Estar furioso es como estar rascando una herida que sangra, creyendo que de esta manera evitarás la aparición de una cicatriz. Tienes miedo porque cuando la herida se cierre, tendrás que vivir en una piel desconocida. Y quieres devolverte a la anterior. Y es cuando la ira te dice que es mejor no detener el sangrado.
Cuando todo hierve en tu interior, el perdón es imposible. Quisieras perdonar porque tu mente se da cuenta de lo sana que es esta opción. Quieres tener la paz que ofrece el perdón. Quieres liberarte. Quieres detener ese tormento en tu interior pero no puedes hacer nada contigo mismo.
Porque nadie te ha dicho la verdad más importante acerca del perdón: no corrige ni cambia nada. No es una goma que puede borrar todo lo que te ha sucedido. No cancelará el dolor con el cual vivías y no te ofrecerá un estado de paz instantáneo. Buscar la paz interior es un largo camino.
El perdón significa no tener esperanzas en un pasado distinto. Es decir, comprender que todo ya pasó, el polvo ya se asentó y lo arruinado nunca cobrará su forma original. Es aceptar que ningún tipo de magia podría repararte el daño. Sí, el huracán fue totalmente injusto, sin embargo aún tienes que vivir en tu ciudad destruida. Tu furia no puede restaurarla, lo tendrás que hacer tú.
El perdón significa aceptar tu responsabilidad personal, no por la destrucción sino por la restauración. Es la decisión que tomas para que regrese a ti la serenidad.
El perdón no significa que la culpa de tus agresores está nivelada. No quiere decir que tienes que ser su amigo o simpatizarles. Simplemente aceptas que te dejaron una marca y ahora tendrás que vivir con esto. Se trata de dejar de esperar que la persona que te lastimó haga que todo vuelva a ser «como antes». El perdón es la decisión de empezar a sanar las heridas sin importar si te dejarán cicatrices. Es la aceptación de vivir con tus cicatrices.
El perdón no es el triunfo de la injusticia. Se trata de crear tu propia justicia, tu propio karma y destino. Se trata de volver a levantarse con la determinación de ya no sentirse infeliz por el pasado. El perdón es comprender que tus cicatrices no determinarán tu futuro.
El perdón no significa que te rindas. Significa que estás dispuesto a reunir tus fuerzas y seguir adelante.
Bien, lo he leído varias veces y mi conclusión es bastante sencilla. YO NO PERDONO.
NO PERDONO la mentira y no por ello creo que deje en absoluto de intentar ser feliz. Duermo de un tirón, mi conciencia está plenamente tranquila.
NO PERDONO la traición. Jamás lo haré. Ni la falta de respeto. Y no creo en absoluto que esto me haga vivir llena de rencor sin saber o sin poder disfrutar de la vida. No es cierto.
NO PERDONO, y sin embargo me ilusiono de nuevo, lucho por mi felicidad y la de aquellos a quienes quiero,
NO PERDONO la cobardía. Gente sin espíritu, cobardes de mierda que son incapaces de salir de su zona de confort si eso implica reconocer la verdad de sus miserables vidas de costumbres autoengañándose y lo que es peor engañando a la gente que los quiso de verdad.
NO PERDONO la falsedad. Aquellos quienes priman su bonita imagen de cara al exterior por encima de la autenticidad.
NO PERDONO el dolor gratuito.... y menos de la gente a la que amo. JAMÁS perdonaré eso y a quien lo causó con sus gestos mezquinos.
NO PERDONO, y no creo en absoluto que esto haga que el pasado llene mi futuro de amargura. Yo no lo creo porque no es así. Sé ser feliz.
Estamos en tiempos de Navidad. época que me encanta aunque parece no estar de moda reconocerlo. Creo en los buenos deseos concentrados en estos días. Será porque yo los envío con todo mi cariño, de corazón. Me encantan la preciosa iluminación en las grandes ciudades, y los mercadillos navideños me pirran. Me encanta la cara de mis hijos cuando entre los dos ponen la estrella en lo alto del árbol, o cuándo vamos a Valonsadero a por muérdago. Y espero que me besen bajo el dintel de la puerta, con todas las ganas del mundo, como beso yo siempre. De verdad.
No obstante... YO NO PERDONO.
Creo que efectivamente esto sería traicionarme a mí misma. Y yo, señores, si algo soy, es una persona que no traiciona.
Y por supuesto que no me rindo. Si algo he demostrado en los últimos tiempos, es que no lo hago... aunque flojeen mis fuerzas . Y no me rindo en ninguna de las facetas de mi vida. Ni como profesional, ni por supuesto como madre, ni como amante de la vida. (bueno el jardín de mi casa si tuviera voz propia tendría algo que decir a esto... pobrecito)...Sigo luchando por esa felicidad, y lo seguiré haciendo mientras me quede un aliento.. pero NO PERDONO.
Y estoy en desacuerdo sobre todo con algo que dice el artículo....LA MAGIA sí te puede reparar cualquier daño; de eso no me cabe la menor duda.
FELIZ NAVIDAD A TODOS....
Adjunto una fotografía que me regaló alguien muy especial para mí. Gracias Alejandro por tu foto de estrellas...
Adjunto una fotografía que me regaló alguien muy especial para mí. Gracias Alejandro por tu foto de estrellas...
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