"La vida nos somete a constantes desgastes y hay que conservar una inmensa capacidad para ser feliz, pero esto no se hace solo" Ana Rodríguez Mosquera
Estoy leyendo un libro titulado "El club de las perfectas divorciadas" de Ana Rodríguez Mosquera, y aunque me falta mucho, muchísimo para pertenecer a tan selecto club, estoy aprendiendo, que al final de lo que se trata es de aprender y mejorar.
Resulta que lo mío, es muy común (no por eso menos doloroso, no pienso frivolizar).
Resulta que a todas en estas circunstancias, nos pasa que.....
- Hay amigos que desaparecen, que pensabas que eran tus amigos del alma, por los que tú hubieras hecho casi todo, pero nada más lejos. Otras hostias que tiene el divorcio, TUS AMIGOS, NO LO SON.
- Por otro lado, hay personas con las que no contabas que de repente vienen a tu casa y te ordenan los armarios o te hacen talleres de autoestima y te cuidan el jardín. Te dan su amor y compañía sin pedir nada a cambio, abrazos que te llenan el vacío infinito.
- Además, afortunadamente, quedan los amigos incondicionales, AMIGOS CON MAYÚSCULAS, que te dicen lo que no quieres oír (incluidos tus hermanos), pero que no se van aunque con tu comportamiento lo merezcas. Porque te quieren de verdad y harían cualquier cosa por minorar tu tristeza.
Y resulta que todo está escrito. Todo forma parte de un guión establecido y tú creyéndote especial. El centro del mundo, pensando que tu dolor es único e indescriptible. E infinito. Lo más de lo más (¡serás ilusa!!!!) Y empiezas a oír palabras que jamás pensaste que pudieran relacionarse contigo cómo: duelo ( a pesar de estar vivo), fases del mismo, autoestima, fuerza, vacío, tú y tus hijos sois lo primero, etc, etc. Y la vida sigue........
Y claro que sigue.
Y al final acabas considerándote afortunada, ¡vaya contradicción! afortunada yo!!!, porque de repente comienzas a tropezarte con caballeros de costumbres que te llaman princesa, compañeros y excompañeros de trabajo que más que de trabajo lo son de terapia porque te hacen sonreír, te escuchan y te hacen reír a carcajadas dándote todo su apoyo. Catedráticos que te dan un beso en el medio del castillo de Atienza, políticos que te llevan en un BMW que lo flipas, gente en general que te enriquece, que te aportan vivencias que jamás pensaste, conocimientos, sonrisas, carcajadas, emociones. Fines de semana inolvidables en Bilbao con gente inolvidable, Nocheviejas en la casa rural de mis amigos, vacaciones en Sevilla con ganas de volver por las personas, no por la Giralda (incluido mi paisano). Lugares preciosos. Escapadas fantásticas. Reencuentros mágicos. Miradas y abrazos de tus hijos que no tienen precio......
Cómo dice mi amiga Ana (quien me ha salvado del abismo), todo en esta vida tiene su lado positivo. Absolutamente TODO. Es cuestión de buscarlo. Y cuando no lo encuentras, lo pintas.
Hay gente hecha de acero inolvidable, que te dan su tiempo. Para mí el bien más preciado. NUESTRO TIEMPO. Y nuestra memoria, porque como dicen en Esplendor en la hierba "Aunque mis ojos ya no puedan ver ese oscuro destello que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que afligirse, porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo."
No quisiera perder la memoria, no quisiera olvidar nada de lo vivido. Ni lo malo, porque eso me hacer tener presente lo valiente que he sido (modestia a parte), ni lo bueno, porque eso efectivamente me demuestra que soy muy muy afortunada. Y no quiero dejar de ser consciente de ello.
Un abrazo enorme a todos los que me hacéis sentir así.
P.D. : Ah!!! Y como dice la autora del libro, esto no es autobiográfico, cualquier parecido con la realidad será, en todo caso mera coincidencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario